sábado, 24 de octubre de 2009

LA HERENCIA DE MIS PADRES

Un futuro promisorio, es una de las preocupaciones más importantes e inminentes que tienen los padres para con sus hijos, que puedan competir en el mercado laboral, que puedan en un futuro tener buenos ingresos, que puedan acceder a una vivienda y alimentación digna, en fin que puedan tener un buen bienestar.
Por esto muchos de ellos toman algunas precauciones y medidas, entre las cuales se encuentra dejar una herencia a sus hijos en el mejor de los casos, pero quienes no lo pueden hacer se esmeran y recuerdan a sus hijos constantemente con una frase muy popular “estudie, eso es lo único que les podemos dejar de herencia” el verdadero valor de la educación.
Sin ninguna duda la educación es una inversión a largo plazo con muy buenas rentabilidades, pues como lo demuestra las oportunidades laborales de hoy en día, son mejores para quien realmente se encuentra capacitado, de hecho la globalización ha generado un sin número de cambios a nivel social, político, económico, que han cambiado nuestra percepción, nuestra forma de proyectarnos en el futuro, nuestras necesidades, entre otros.
Pero ¿quién es, el que realmente se encuentra capacitado para poder tener un futuro prospero y adaptarse a los grandes y rápidos cambios a los que somos expuestos hoy en día? Como muchos sabrán la educación ha existido casi desde la misma creación de las más antiguas sociedades y culturas, sin embargo en cada una de ellas y en el transcurrir de los años, los conocimientos, las destrezas, las habilidades y los valores socializados a través de la educación han ido cambiando de acuerdo a una necesidades psicosocioculturales que denotaban lo necesario para poder sobrevivir, convivir, y prosperar en una sociedad.
Como podemos evidenciar gracias a los medios de comunicación masiva y los grandes adelantos científicos y tecnológicos, la dinámica y la percepción de nuestra sociedad la han convertido en una aldea global, en la cual, todos estamos interconectados. Por esta razón las habilidades, las destrezas y demás, deben ir de acuerdo a esta dinámica, entendiendo que mi conducta afecta mi mundo circundante, de igual forma como este nos afecta.
Por esta razón es muy importante que nuestros padres entiendan un par de cosas, como primera medida que el dejar unos recursos económicos (herencia) a los hijos no es garante de su futuro bienestar, pues como lo hemos visto, si estos no saben administrar esos recursos, aquellos mas tardaran en llegar a sus manos que en ser gastados, en segundo lugar es necesario aclarar que obtener un título profesional o parecido, no es garante de éxito profesional ni económico, pues es muy sabido por muchos, sobre todo por las nuevas generaciones que en la actualidad hay quienes son muy exitosos a nivel profesional y además ganan grandes cantidades de dinero sin haber ni siquiera pasado por una universidad o aun mas sin haber terminado sus estudios de segundaria o primaria.
Con lo anterior quiero aclarar que considero el estudio muy necesario, pues el conocimiento es un recurso ilimitado que nunca se acabara, no tiene fecha de vencimiento, siempre está a la mano y lo mejor de todo al ser compartido con otros adquiere más valor y riqueza.
Es por esto que nuestros padres deberían esmerarse por dejarnos una herencia llena de mucho conocimiento, sobre todo aquel que nos permita administrar adecuadamente nuestros recursos no solo económicos (naturales).
Finalmente quiero hacer una invitación muy especial a padres y maestros, como principales entes socializadores de las futuras generaciones a que se interesen por aspectos de la economía y sobre todo a que enseñen y eduquen económicamente a nuestras nuevas generaciones, para hacer de nuestro país un lugar donde todos podamos alcanzar nuestros sueños.

EL REGALO MÁS GRANDE DE PAPÁ Y MAMÁ

¿A quién no le gustan los regalos? …y más aun, cuando se es un niño. ¿Quién no ha soñado con tener muchas cosas, juguetes y vestidos? ¿Quién no se ha imaginado un mundo mucho mejor, donde todo lo que desees lo puedas tener? Esta es la historia de un niño, que recibió el regalo más grande del mundo por parte de sus padres, si, ¡ese es Samuel! El niño más afortunado del mundo, al recibir semejante regalo. Un niño como tú o como yo.
El era de mirada dulce y tierna, simpático, de ojos serenos, tiernos y brillantes, pero en conjunto no era realmente guapo ¡pero eso sí! él era muy alegre, divertido, amable, educado y ante todo, ¡un soñador!
Samuel era hijo único, pues sus padres querían brindarle las mejores oportunidades a su hijo, y por ello pensaban que con más hijos sería difícil brindarle un buen futuro a su querido hijo. Mamá era muy dedicada en el hogar, pero al igual que papá trabaja para poder ofrecerle a Samuel un hogar sin muchas necesidades. Mamá siempre le decía – tu padre y yo nos esforzamos, para que puedas estudiar y llegar a ser alguien en la vida, –eso es lo único que te podemos dejar, cuando muramos.
Samuel iba a la escuela, que quedaba cerca de su casa, él realmente disfrutaba y le gustaba asistir a ella, pero no precisamente por las clases que allí, tomaba, sino por las amistades que tenia, pues era muy bien sabido por sus padres y profesores, que él, no era el más listo y brillante de su clase, pero eso sí, el más querido y admirado por todos.
Así transcurrieron los días, allí compartía sus jornadas con Daniel, un niño, ¡que lo tenía todo! sus padres le regalaban todos los juguetes que quisiera, vestía a la moda, tenia los mejores tenis y zapatos en todo el colegio, él era antipático, hablador, travieso, mentiroso, presumido y sobre todo muy inteligente, ocupando el puesto número uno en el salón de clases.
Samuel pasaba el tiempo soñando con todas las comodidades que tenía Daniel, pues este como era odioso, ni siquiera le permitía tocar sus cosas, Samuel se sentía mucho, se ponía triste, pues añoraba tener algún día las cosas que Daniel tenia y pensaba en voz alta – ojala mis padres me puedan regalar …esto o aquello.
Sus padres eran muy inteligentes y no pensaban como la mayoría… tenían algo de especial, algo difícil de describir, además del gran amor que se tenían el uno al otro. Ellos habían crecido en familias muy, pero muy pobres, tanto así que en su infancia pasaron muchas necesidades. Y contrario a lo que muchos pensaban, los problemas académicos de su hijo no eran lo que más le preocupaban estaban confiados y seguros de que la educación que le brindaban a su hijo, sería más que suficiente para que el triunfara en la vida.
Se acercaba navidad y Samuel estaba muy entusiasmado por los posibles regalos que recibiría por parte de sus padres, sobre todo después de haber escuchado a Daniel, quien le había contado que sus padres le habían prometido muchos regalos, sobre todos los que él les había pedido.
Al instante surgió en él un sentimiento algo difícil de precisar, tal vez incertidumbre, conformismo o algo de negatividad, pues era consciente que las cosas en casa no estaban mal, pero sabía que las posibilidades económicas de sus padres no alcanzaban ni siquiera para tener la cuarta parte de los regalos que recibiría Daniel.
Desconcertado y algo triste Samuel se fue para su casa, entro caris bajó y saludo a mamá. – buenas tardes mamá. Al verlo su madre noto inmediatamente en su rostro, que le pasaba algo a su hijo pues lo conocía muy bien y estaba acostumbrada a verle sonreír con mucho entusiasmo, y le contesto: –¿como estas hijo?
Samuel se quedo mirándola por unos instantes, callado, tal vez pensativo. De nuevo su madre pregunto; – ¿hijo te pasa algo? Un breve susurro se escucho – ssssiiiiiiiii. Mamá se acerca lo mira tiernamente y le dice: – ¿cuéntame que te pasa? – ¿Mama quisiera saber que regalos voy a recibir en navidad? Mamá ante esta pregunta, quedo algo sorprendida y casi de forma instintiva respondió; – te vamos a dar el regalo más grande del mundo, de forma casi mágica, Samuel cambio el rostro… y pregunto con mucho entusiasmo a su madre. – ¿Qué es eso, que me van a regalar? Sonriendo su madre respondió; –no te puedo decir nada, es una sorpresa.
Los días se hicieron cortos para Samuel esperando tal sorpresa. El día tan esperado había llegado, entusiasmado al despertarse corrió a abrir sus regalos que se encontraban junto al arbolito de navidad llevándose su primera sorpresa, pues había dos regalos muy pequeños, para ser el regalo más grande del mundo como lo había prometido mamá. Uno era de papá y otro de mamá. Sin esperar más los abrió y encontró 50.000 pesos en uno de ellos y una carta diciendo, “este es tu primer fondo de inversión, cuídalo y multiplícalo, si lo haces bien podrás lograr todo lo que tú quieras” sin pensarlo abrió el otro regalo allí encontró una libreta con su nombre, y una nota que decía “con esta libreta podrás tener tu dinero seguro y disponible a cualquier hora”.
Samuel quedo muy desilusionado por estos regalos que había recibido, pues no le servían para tener la bicicleta y demás juguetes que él quería, pues sabía que el dinero que le había dado papá no alcanzaban para comprarse ni si quiera la bicicleta. Samuel pensó muchas cosas que tal vez pudiera hacer con el dinero que tenia, pero ninguna le satisfacía, lo que lo ponía mucho más triste.
Sus padres se dieron cuenta que Samuel no había quedado contento con los regalos recibidos, y decidieron hablar con él, a partir de ese día sus padres empezaron a enseñarle todo sobre la economía, como gastar y ganar dinero inteligentemente y sin pensarlo ese día Samuel había recibido el regalo más grande del mundo como lo había prometido mamá.